“Si mezclas tu personaje con tu personalidad no has entendido de qué va esto”

“Si mezclas tu personaje con tu personalidad no has entendido de qué va esto”

19/12/2024 Desactivado Por Redactor

Eduardo Antuña, actor

Entrevista realizada por Paco España

“Nací en Oviedo porque en mi pueblo no había hospital, soy de la cuenca minera, de Tuilla, junto a Langreo. Mi padre, Manuel, trabajaba en exteriores de la mina de carbón de Unosa y mi madre, Margarita, era ama de casa, una familia obrera de una barriada de Langreo. Cuando dije que quería ser actor y marcharme a Madrid, mi madre me dijo: “¡A estudiar!, ay fíu, ¿que haces tú en Madrid si no tienes padrinos?” Mi hermano, 12 años mayor, Juan Manuel, es funcionario jubilado del Principado. Siendo niño ya empezaba a gustarme esto; en el colegio hicimos El médico a palos, de Moliere.

Empecé haciendo teatro amateur de adolescente en el centro cultural, ensayaba los fines de semana y luego iba a hacer sainetes asturianos por los pueblos. En el 88 me llamaron del grupo de teatro Margen de Oviedo,  era profesional y el más importante de Asturias; me dieron mi primer papel en una obra y me dijeron que me iban a pagar por llevar la obra por los teatros, entonces la bombilla se me encendió. Desde chaval me ha gustado contar chistes, ser un bufón y hacer el tonto, ahora podía hacerlo y encima cobrar por ello. Después del servicio militar, en el 92, me planteé vivir de esto y, a pesar de lo que me dijo mi madre, me fui a Madrid, porque allí era donde había más alternativas, cine, teatro televisión. En la RESAD no conseguí entrar y me apunte a la escuela de interpretación TAI (Taller de Artes Imaginarias), que estaba muy enfocada al cine y al audiovisual, allí aprendí la técnica rodando cortos, haciendo prácticas de interpretación, dirección, fotografía, sonido, etcétera.

Prácticas

Las prácticas con actores se hacían los fines de semana, había gente que no quería hacerlas, pero yo estaba encantado. También tenía que trabajar de camarero en los VIP para pagarme los estudios. Rodábamos de noche, después de trabajar, no pegaba ojo los fines de semana y ahí cogí la técnica del rodaje de cine. Los primeros años mis padres me fueron a ver al teatro Maravillas en Madrid y ya se dieron cuenta de que aquello iba para adelante. En el teatro el proceso creativo está en los ensayos y tras el estreno el dueño y señor de la situación es el actor porque cada representación es diferente, mientras que en cine se ruedan mil cosas y al final el montador, junto con el director, son los padres de la criatura.

Cuando hice La comunidad me paró un chico por la calle y me dijo, fantástico, no sabes lo que me he divertido y la alegría que me ha dado ver esta película, ya te puedes morir tranquilo, que has hecho feliz a mucha gente. Los actores somos la comida del espíritu. El ser humano tiene que comer para alimentarse, pero el cine y el arte es alimento espiritual de las personas. Se agradece mucho que te digan estas cosas, que te reconozcan el trabajo, pero hay que tener cuidado para que no se te suba a la cabeza, ego, vanidades y esas cosas. Si mezclas tu personaje con tu personalidad no has entendido de qué va esto.

Personaje

Tengo muy claro que el actor se debe al personaje. Los actores secundarios ingleses como Alec Guinness, no se les conoce de una película a otra, eso es fundamental. Cuando consigues que el espectador no sepa quién es el actor que tiene delante y se crea lo que estás contando, para mi es lo máximo. No me gustó nada la prueba que hice para La Comunidad con Alex de la Iglesia, me pareció una mierda, porque no me encontraba a gusto, sin embargo me cogieron para la película, fue un subidón, eso no lo olvidaré, es parte de la inseguridad permanente del actor.

En la crisis hubo épocas en las que estuve mucho tiempo sin trabajar, era muy angustioso, esta profesión tiene mucha incertidumbre, es muy inestable y discontinua. Las películas son cuatro meses de trabajo, las series aunque duren también se acaban. En la declaración de la renta aparece que has ganado poco pero tienes cinco o seis pagadores y hay que hacerla igualmente. En España los actores si no trabajamos, no cotizamos, un 5%  vive bien, un 10% malvivimos, 14.000 a 15.000 euros al año y el resto nada. Me considero privilegiado porque siempre he vivido de mi profesión, no tengo familia y me arreglo con menos.

Ley del artista

Las plataformas ahora mismo son las que dan un poco de “vidilla” al trabajo. En Francia cuando no trabajan siguen cotizando, formándose y haciendo cursos. Ahora están intentando sacar esa ley del artista, copiada de la de otros países, no hay que inventar nada. Dirigir es muy difícil, aunque si te rodeas de buena gente, cada uno en su área, puedes hacerlo. Es complicado plasmar en la pantalla lo que previamente tienes en la cabeza, es como el ojo al revés. Sigo haciendo sesiones de casting y se estrenará pronto Bodegón con fantasmas, de Enrique Buelo. Cuando hice Loco por ella yo tenía mucha más trama, pero el director prefirió tirar más por lo romántico que por el mundo del manicomio y se eliminaron  secuencias, aunque me pagaron más sesiones, luego no las utilizaron. Cuando trabajo con un director me suele llamar más veces, Quirós, David Trueba que siempre me llama, con Alex de la Iglesia he trabajado tres veces y Santiago Segura también para algún personajito. Los peores momentos los he vivido conmigo mismo por hacer alguna cosa mal, por estar sin dormir o/y espeso en el rodaje, haber tenido que repetir por culpa mía, por no tener bien aprendido el texto, eso me jodió mucho. Estamos en equipo y siempre hay que estar ahí para que no tengan que repetir por tu culpa. En esos momentos no disfrutas. Otros momentos malos son cuando hay mal rollo en el rodaje y compañeros que se les sube el ego a la cabeza. En inglés interpretar es play, jugar, es eso, meterse en los sentimientos, ilusiones y sensaciones de un personaje que está plasmado en un guion y el actor tiene, con su personalidad, dar vida a esas emociones y sentimientos. Desde la parte técnica, lo que más me aburre es memorizar el texto de los guiones, pero disfruto creando los personajes, eso es muy divertido.

“Las plataformas ahora mismo son las que dan un poco de “vidilla” al trabajo”

“Cuando consigues que el espectador no sepa quién es el actor que tiene delante y se crea lo que estás contando, para mí es lo máximo”

“Sigo haciendo sesiones de casting y se estrenará pronto Bodegón con fantasmas, de Enrique Buelo”

Eduardo Antuña, fotografiado por Jesús Miguel Muel de Dios