Juan Ramón Bonet, actor: «El escenario del teatro es mi lugar favorito para pasarlo mal»

Paco España

Tras varios días sin parar de llover, caminaba por Madrid con mi familia hacia una breve visita turística. Veo acercándose una familia de dos adultos jóvenes con una niña de unos tres años. Me resulta muy familiar el padre y me doy cuenta de que se trata del actor y presentador Juan Ramón Bonet. Pienso en proponerle esta entrevista para Cantabriapress que regala el azar, pero parece que van a llevar a la niña a la guardería y sé, por experiencia propia, que este momento no es bueno para encontrar un conocido y muchos menos un desconocido, por lo que a mi pesar, decido no decirles nada.

Al regresar y pasar por el mismo punto, me cruzo de nuevo con la pareja, esta vez sin la niña, el azar se muestra obstinado y creo que es un momento adecuado para plantearles mi intención. Con estas líneas quiero agradecer, tanto al actor como a su mujer, la cordialidad y cercanía con la que recibieron la propuesta del aquel desconocido. Siempre con una sonrisa en la cara y mostrando mucha empatía, que se ha reafirmado en los contactos posteriores, cuando por una cuestión achacable a mi salud, tuve alguna dificultad para establecer el momento de tener la conversación con el actor catalán, que firma sus correos electrónicos con la frase: “Enviado desde el respeto”, algo nada casual.

Sus comienzos: “Nací en Barcelona. Mi inicio en esto fue bastante brusco, algo tan poco glamoroso como que, con unos 12 años, me encontré con un compañero de mi clase que hacía teatro extraescolar en el Centro Parroquial de Horta, también llamado “Lluïsos” y fue tan fácil como: “Óstras, Jordi, ¿qué haces aquí? Hago teatro. Anda, ¿teatro? Iba con mi madre y la pregunté, ¿puedo probar?”. Me dijo que sí y entré. Estaban ensayando una obra juvenil, me dieron dos frases, las dije en escena y pensé ¡cómo mola esto! Me quedé prendado de la magia del teatro y me enganche, pasé a juvenil y a los 18 años a un grupo de adultos, allí también dirigíamos los grupos de niños del centro.

De su trabajo dice: “Sobre el 2005 me establecí en Madrid, cuando empecé con Caiga quien caiga. Hacer un reportaje para este programa era como esos en los que alguien compra un trastero, lo abre y no sabe lo que contiene. Tenía la película en la cabeza pero llegabas allí y te encontrabas lo que te encontrabas. Pongo un ejemplo ficticio: “Llegas al campo de fútbol de entrenamiento del mundial, de repente de una cafetería sale Messi, tienes cinco palabras con él, te responde porque le has pillado de buenas, se pone las gafas y se va. Has llegado allí, tienes tres minutos grabados y solo es eso. En ese momento dices “¿Ahora qué hago?” Tengo el final del reportaje, ahora hay que construir toda le épica para llegar hasta aquí. Se recuerda mucho el Caiga como un programa periodístico y aunque sí es verdad que tenía sobre un 25%, era un programa de entretenimiento y en concreto de humor.

El presentador de un concurso es una de las muchas patas del programa, otras son los concursantes, la mecánica y aunque parezca una obviedad, las preguntas. Cada concurso se apoya mas en una pata que en otras, en Ahora Caigo, se apoya mucho en Arturo, el presentador; en Boom, eran muy importantes los concursantes y mi tarea como presentador era intentar que lucieran lo máximo posible. En El millonario, la mecánica es la estrella, se ha hecho en docenas de países y siempre tiene su público porque la estrella es el propio juego. El círculo de los famosos no es un concurso, es un programa de entretenimiento con famosos jugando; hay concursantes, pero lo importante es como juegan los famosos y el vínculo que se establece entre ellos y el presentador. En Pasapalabra hay famosos ayudando, pero lo importante es el rosco y las dos estrellas del programa que son los dos concursantes.

Del futuro nos dice: Mi hija tiene cuatro años y no tenemos ni remota idea de lo que habrá cuando tenga 15 o 16. ¿Se puede preparar y educar a los hijos para que cuando llegue ese momento sepan lo que hacer? Prefiero estar más ocupado en lo de hoy, que aprenda a sumar, restar, que se comunique y exprese lo mejor posible, que identifique la gente que le quiere bien y los chantajes emocionales. Intento transmitir coherencia; si yo tengo el móvil muchas horas al día en la mano, no le puedo decir a ella que no mire pantallas. Si cuando ella requiere mi atención, yo dejo el teléfono y estoy con ella, esa simetría sí se la puedo pedir. No tiene sentido que yo esté con el móvil, la tablet, el ordenador, la rumba y a ella le dé dos pedazos de madera y le diga “usa tu imaginación”.

“Se recuerda mucho el Caiga quien caiga como un programa periodístico pero era un programa de entretenimiento y en concreto de humor”

“De no haber si actor hubiera sido algo relacionado con la comunicación, con lo comercial, los comerciantes son unos comunicadores y entretenedores extraordinarios”

 “La obra de teatro La cena de los idiotas ha funcionado de maravilla y ha sido de las obras más vistas de Madrid, hemos llenado muchos días”