Cristina Plazas, actriz: «La solidaridad entre compañeros y la magia del arte es lo que más me llevo de este oficio»

Cristina Plazas, actriz: «La solidaridad entre compañeros y la magia del arte es lo que más me llevo de este oficio»

26/03/2024 Desactivado Por Redactor

Paco España

Sobre su vida nos dice: “Nací en Madrid, pero mi infancia hasta los 11 años, fue junto al mar en Las Palmas. Soy la mayor de cinco hermanos. Mi madre, Ángela, de Gran Canaria, se dedicó siempre a cuidarnos. Mi padre, Ricardo, ha trabajado de todo, decorador de escaparates, diseñador gráfico o informático en una época en la que todavía no existían los ordenadores personales. Al acabar tercero de BUP mis padres me dijeron que alguien debía trabajar en casa, además de mi padre, y como era muy buena estudiante, mi tío me consiguió un trabajo en una multinacional americana de cartonajes industriales. No sabía si quería ser actriz o no, porque yo iba más por la escritura, pero me vi allí y pensé, “ni en broma voy a ser esto”.

Cuando llevaba un par de años, querían hacerme fija, pero entonces hice mi primera obra de teatro y me dieron la oportunidad de hacer un curso en Valencia, ahí quemé las naves, les pedí que me despidiesen para poder cobrar el paro un tiempo y ya fui actriz. Me independicé con 18 años y vivía con otra actriz, Eva Isanta y Patricia, otra amiga. Cogimos un piso en Lavapiés; yo trabajaba en una discoteca por las tardes, poniendo copas los fines de semana, así pagábamos el piso y la escuela de interpretación, en mi caso la de Ángel Gutiérrez”.

Escenario

“La primera vez que me vi encima de un escenario supe que eso era lo que quería hacer, sin dudarlo. Con unos 20 años, Joaquín Hinojosa me ofreció un personaje, que hablaba muy poquito, porque era una monja que cuidaba enfermos mentales, le dije que me daba igual, como si era de muerta dentro del ataúd y con la tapa cerrada, así lo tenía de claro. Me fui a Valencia, pero cuando llegué allí me di cuenta de que hablaban en otra lengua. A los cuatro meses ya estaba haciendo una serie, no me preguntes cómo, todavía no lo entiendo. Nunca me sentí incómoda con el valenciano y trabajé en este idioma, mucho más que en castellano los primero años.

Ser actriz es mi forma de ganarme la vida, un oficio muy inestable y que nunca depende de ti. Llega un momento que no sabes hacer otra cosa. No he tenido que cambiar de oficio en 35 años, soy muy curranta y nunca dije que no a nada, ahora me atrevo a elegir un poco, pero mi decisión tiene más que ver con el proyecto que con la disciplina o el medio”.

Cine

“En el teatro tienes la oportunidad de poder crecer durante el proceso, con el cine, la tele y su engranaje aceptas lo que te ha tocado como personaje. He mantenido bastante intacto el vértigo del teatro, me da mucha energía y cada día es la oportunidad de que pase algo nuevo. La solidaridad entre compañeros y la magia del arte es lo que más me llevo de este oficio, que sucede muchas veces y es muy bello. Yo no sé si hay un oficio más bonito que este en ese sentido. Recuerdo una compañera que perdió una hija y suspendimos un día, pero al día siguiente había que hacer la función porque hay que vivir y seguir trabajando. Juan Diego me contó que no vio nacer a su hijo porque estaba de gira.

Yo también soy una gran espectadora de teatro y lo que esta sucediendo allí en ese instante es para ti, ese directo absoluto en el que todo es posible crea mucha magia, estás sola ante lo que estás viendo, cuando se apagan las luces y apagas el móvil, tienes esas dos horas en las que estás tú con tus reflexiones respecto a lo que estás viendo, tiene algo de conexión contigo mismo y la gente lo sabe valorar”.

Trabajos

“No suelen cogerme para personajes sensibles, porque doy otra imagen, la mayoría de mis personajes son potentes, como en Vis a vis, la directora de la cárcel, de armas tomar, pero en el fondo una blanda, o en Amar en tiempos revueltos, con una carga personal importante, personajes fuertes pero con fisuras, no suelen ser personajes de una pieza. Sobre el cortometraje Alumbramiento: Yo tenía función de teatro en Tarragona pero cambiaron las fechas y tuvieron que ir a buscarme. Eduardo Chapero-Jackson (el director) me dijo: “No quiero que aprendas el guion, quiero ver lo que sucede con este instante”. Con Manolo Solo y Marta Berenguer se produjo una sensación especial de aquí y ahora y de vivir aquello. Mariví Bilbao estaba muy graciosa, fumaba como una carretera y la toma que se ve es la toma que hicimos”.

Abusos

“En los recientes abusos sexuales en el cine español, tiene que haber una denuncia formal y un juicio. Me gustaría que la fiscalía entrara a investigar, porque entiendo que esas mujeres que han dado sus testimonios no quieran denunciar, es horrible, te juegas tu carrera, es muy jodido. Yo he vivido en algún momento complicado más vinculado al teatro y he tenido la suerte de poder esquivarlo y recalco suerte, porque de eso depende, de que veas por dónde van los tiros y te libres. Siendo más joven viví situaciones de esas de ir a casa de alguien para hacer una lectura y verme en una encerrona, además pensaba que la culpa era mía, solo con los años me he dado cuenta que no, pero era un modus operandi muy aceptado y normalizado”.

“Soy una gran espectadora de teatro y lo que está sucediendo allí en ese instante es para ti, crea mucha magia”

“Nunca dije que no a nada, pero mi decisión tiene más que ver con el proyecto que con la disciplina o el medio”

“La mayoría de mis personajes son fuertes pero con fisuras, como en Amar en tiempos revueltos

Agradecimientos: Marta Corada, Jorge Sanz, del Festival Internacional de Cine de Aguilar de Campoo, y Mónica Regueiro, actriz y productora

La foto de Cristina Plazas está tomada por Antonio Rubial