«Carlos Saura fue, para mí, una vida de cine, absolutamente
09/12/2024Eulalia Ramón: actriz, directora y fotógrafa
Entrevista realizada por Paco España
“Nací en Barcelona y fui al colegio Santa Isabel y después al THAU. Mi padre Constantino y mi madre María, hacían embalajes, plásticos y cartones, para la confección. El interés por la interpretación surgió de una manera bastante natural, porque en Barcelona se hacían muchos rodajes y de pequeña iba a participar en figuración; más tarde, como se hacia muchísima publicidad, me apunté y así podía ganarme un dinerito. Ya me atraía la interpretación y quise probar con varios grupos de teatro aficionado, así hasta que surgió mi primer contrato de actriz, que fue en 1984 con la película Últimas tardes con Teresa. Tuve mucha suerte al empezar en Barcelona y sobre todo, cuando decidí irme a Madrid con unos 24 años.
Empecé a hacer una serie tras otra, teatro y buenas películas con muy buenos directores, Armiñan, Fernán-Gómez, Armendariz, Camus, Miró, Uribe. No solo me contrataron para trabajar, sino que me adoptaron, siempre lo digo, conviví con ellos y aprendí muchísimo. Las cartas de Alou en 1990 fue un antes y un después, porque se presentó en el Festival de San Sebastián, tuvo muchísimo éxito y ganó la Concha de Oro. Fui con ella por casi todo el mundo, yo creo que puedes vivir con películas como esta, tienen vida, te dan experiencias diferentes según a qué lugar del mundo vayas con ellas. El cine es mucho más que hacer películas, es darles vida y acompañarlas. Era una denuncia social sobre emigración de hace 34 años, pero puedes ver que está pasando ahora lo mismo, seguimos igual o peor.
Serie
También presenté la serie documental Amar el cine, que se hizo expresamente en modo didáctico, porque era un encargo de Televisión Española, los Ministerios de Cultura y de Ciencia; creo que la siguen pasando en la Universidad Carlos III, en audiovisual. En algún estreno de cine me han venido chavales jóvenes para decirme que era su profesora virtual. Estaba muy bien documentada y cada capítulo se dedicaba a una disciplina dentro del cine, siempre con un invitado importante. En el capítulo de la dirección vino Carlos (Saura). Fue el primer trabajo que hice, seis meses después de tener a mi hija (Anna Saura).
Carlos Saura fue para mí una vida de cine, absolutamente. Me llamó el hijo de López-Vázquez, que era ayudante de dirección, y me dijo que necesitaban una actriz para ¡Dispara!, que protagonizaban Antonio Banderas y Francesca Neri. Estaba encantada de que me hubiera llamado Carlos Saura. Me recibió en un despacho, acababa de hacer la película Maratón, para las olimpiadas de Barcelona y estaba muy obsesionado con las olimpiadas, con Barcelona, con La Fura dels Baus y conmigo, que era de Barcelona, por lo que solo hablamos de eso y al final me dice: “Bueno, lee el guion y sí te gusta lo haces, por mi encantado”, yo pensaba que me estaba diciendo que lo pensara, pero no me hacía falta ni leerlo, le hubiera dicho que sí en ese momento, pero le dije “vale, vale”. Él se estaba separando y yo no lo sabía para nada, yo también salía de una relación y siempre iba con mi cámara Cannon AE1 que es una cámara icónica, colgada al hombro, con lo de la cámara, eso y lo otro, pues pasó lo que pasó.
Fotografía
Yo siempre fui aficionada a la fotografía por mi padre que era un gran fotógrafo, él me regalo mi primera cámara cuando tenía unos 10 años. Tengo fotos de todos los rodajes porque me encantaba hacerlas. Nos los contagiamos Carlos y yo, pero él ha sido más obseso que yo con las fotos y con todo, pero nos unió bastante la fotografía. Carlos era una persona muy afable y directa, pero en según que circunstancias sociales, era tímido y como no era muy fotogénico, daba la impresión de ser una persona muy seria. Siempre que llegaba gente nueva a los rodajes, venían con mucho respecto por lo que significaba la figura de Saura, pero a los dos minutos se quedaban muy sorprendidos por el trato y el respeto que tenía siempre con todo el mundo, fuera quien fuese, la manera de dirigirse a todos y el ambiente que creaba en los rodajes, todo era muy agradable y hacia que todo el mundo se sintiera bien.
Aunque era un director consagrado, él nunca se autoconsagraba. Carlos Saura y Vittorio Storaro (director de fotografía) se conocieron en Japón en una ceremonia del té, en un festival de cine. Vittorio tenía muchas ganas de trabajar con Carlos, porque admiraba su cine y Carlos, imagínate, ¿como no? Hicieron un tándem muy bueno y cosas preciosas. Vittorio, con sus tres Óscar, es un tipo estupendo y una persona agradable, cercana y afable, con mucha personalidad, pero muy delicado y sensible, daba gusto. Inventó muchos sistemas de luz y lo de 23 fotogramas por segundo. Con ganas y curiosidad, sólo con trabajar con ellos aprendías muchísimo.
Momentos de la profesión: Los últimos años ya no ocurre, pero al principio cuando era más jovencita, se hacían las cosas de otra manera y ha habido momentos y rodajes que no han sido tan buenos, con alguna problemática o conflicto. Son malas las épocas de incertidumbre, pero he aprendido que esto va adherido a la profesión. Tengo muchos momentos buenos, tanto de rodajes con compañeros, como de ir con las películas aquí y allá. Fui a Alicante y estaba allí Juan Diego, para mí fue impresionante conocer a “Juanito”, otro amigo y maestro increíble. El cine me ha dado la vida.
Tengo un trabajo pendiente como actriz para el año que viene, del que aún no puedo decir, una película con un guion fantástico y un personaje que si lo hago bien será el personaje de mi vida. Con esta edad no te suele pasar, por eso estoy muy, muy contenta. Hacía tiempo que yo quería dirigir, pero no sabía ni cuándo ni cómo, al leer el guion del cortometraje Cuentas divinas vi que era el momento de lanzarme a ver que pasaba. Ha sido una sorpresa muy grande y agradable, sobre todo, que pasara cómo ha pasado y cuándo ha pasado, al mismo tiempo que lo de Carlos. Acabo de rodar mi segundo cortometraje que se titula Agonía, con la misma guionista, yo también he colaborado, una historia con exteriores, más personajes, Ana Torrent, Cristina Marcos, por supuesto Celia (Freijeiro), Fele Martínez. Lo próximo ya será el largo.
«Aunque era un director consagrado, él (Carlos Saura) nunca se autoconsagraba«
«Las cartas de Alou en 1990 fue un antes y un después, porque se presentó en el Festival de San Sebastián, tuvo muchísimo éxito y ganó la Concha de Oro«
«Tengo un trabajo pendiente como actriz para el año que viene, una película con un guion fantástico y un personaje que si lo hago bien será el personaje de mi vida«