Javier Botet, actor: «Lo más importante es encontrar una pasión en la vida»
29/11/2022Paco España
Javier Botet es el actor español que más trabaja actualmente en proyectos internacionales, incluido Hollywood, la mayor parte de ellos en cine fantástico y de monstruos. Hace años fue diagnosticado con el síndrome de Marfán, lo que le confiere un aspecto muy característico con largas extremidades y articulaciones muy flexibles, ideal para interpretar a este tipo de personajes. Javier es una persona muy creativa, con mucho talento, mucha resiliencia y que solo concibe la vida con la intensa pasión que encuentra en ella.
Sobre su infancia nos dice: “Soy manchegico. Nací en Ciudad Real, pero he vivido en Cuenca, Almería, Aguadulce, y Granada, donde pasé mis años de adolescencia. Mi padre Agustín trabajaba en la Banca y mi madre María del Carmen Servilia, ha trabajado de secretaria, en inmobiliarias y los últimos años en la política. En Huetor Vega, terminó siendo la concejala responsable de asuntos sociales con las ayudas a la gente mayor. Tengo recuerdos de todos los colegios, porque siempre he ido dando tumbos y cada sitio era especial, era volver a hacer amigos, volver a ganarme mi entorno, era un poco duro, pero al final era intenso. Los niños son crueles, salvajes y muy básicos.
Hay niños que sufren acoso y no saben reaccionar, yo siempre reaccioné muy rápido y puse a todo el mundo firme. Aparte tenía otras armas con las que enseguida me hacía con la gente, era un tío muy bromista e ingenioso, (algo me queda). También dibujo muy bien y era un arma muy guay porque les molaba mucho. Yo ponía todas mis armas en marcha y enseguida encontraba mi grupito, los freaks, los que nos divertíamos con un tipo de películas, comics y dibujos concretos y hoy sigue siendo mi grupo.
Con 17 años medía ya dos metros, muy delgadito, mucha flexibilidad y esas articulaciones tan peculiares que tengo, hacían ver en mí esa belleza “Timbartiana” y de Jacometti (escultor) y otros dibujantes y artistas. La belleza no solo se encuentra en las redondeces, también en las aristas y yo tenía un cuerpo que me resultaba súper estético, súper llamativo. Dedicaba muchas horas en el espejo a mover los tendones, a ver las venas y eso me ayudaba a la hora de dibujar. Los monstruos y mi cuerpo casaban perfectamente y pensaba que ojalá pudiera explotarlo en el mundo del espectáculo.”
Sobre su trayectoria como actor nos relata: “Conocer a Andy Muschetti (director de Mamá) fue uno de los momentos más importantes de mi vida, porque supuso el cambio y el punto de inflexión en mi carrera, que ya tuvo su momento con REC, pero con él, al que conocí en el Fantastic Fest de Austin fue especial. Iba con su corto y me hablo del proyecto para llevarlo al cine. Gracias a Dios, consiguió esa producción, nada menos que con Guillermo del Toro y nos vimos en Toronto rodando su primera película y mi primera internacional, que además fue un éxito de taquilla. Cuando Andy todavía vivía en Barcelona hicimos el vídeo Movement test (YouTube), sin maquillaje, solo con mi cuerpo y mis movimientos, hicimos una investigación en la que se conseguían unos efectos muy llamativos; ese fue el punto de inflexión en el que empecé a recibir muchísimo flujo de propuestas y es lo que me ha permitido trabajar en los últimos quince años –around the World-.
Todos los proyectos han sido para mí fascinantes, incluso algunos los que han sido reguleros o duros, han sido aventuras muy intensas, porque eran abandonar mi tierra e irme dos o tres meses a saber dónde, a saber con qué gente, a conocer cientos de personas, en entornos e idiomas que no son el tuyo, por eso todo es bastante más intenso. Con (Alejandro González) Iñarritu (El renacido) fue especialmente duro porque estábamos en la nieve con un flujo infinito de sangre hecha allí en mitad del bosque, era mucho frío, húmedo, fue duro. Generalmente mis rodajes son duros, los maquillajes y las condiciones en las que ruedo lo son.
Tengo momentos de verme en esos fregaos, por ejemplo con Guillermo (del Toro) en Crimson Peak, entrabas en los escenarios y parecía que estabas en otro puñetero mundo. Todos esos momentitos se me quedan grabados a fuego y siempre me viene la idea -Javier disfruta de esto- ¿Quién te lo iba a decir?, que estás de cháchara con Jessica Chastain. En esos momentos soy muy consciente de las vueltas que da la vida, de la suerte que he tenido, como todas esas cositas se han ido amontonando y me han dado muchísimas más alegrías de las que podría haberme esperado.”
De sus proyectos futuros no dice: “No sé donde me llevará mi profesión, pero seguro que será algo creativo. Me gusta poner a la gente en situaciones incómodas, experimentar cosas un poco extremas, descolocar y provocar. Cualquier creador, actor, director o guionista quiere provocar, por lo menos provocar emociones. El arte requiere de valor, riesgo y búsqueda de cosas nuevas, que te lleven a sitios nuevos, porque si no es así la pasión se muere y te aburres. Me considero un tío con suerte, porque he tenido una pasión desde mi nacimiento que me ha inspirado y me ha dado energía para hacer todo lo que he querido hacer. Sin esa pasión da igual como estés. La vida es una puta mierda o no es suficientemente guay. La pasión por algo, cuando te cae, es como la llamada de Dios, ya te muestra un camino. Mi vida se define por haber tenido esa pasión, todo lo demás es secundario.
“No sé donde me llevará mi profesión, pero seguro que será algo creativo”
“Conocer a Andy Muschetti (director de Mamá) fue uno de los momentos más importantes de mi vida”
“La belleza no solo se encuentra en las redondeces, también en las aristas”
Javier Botet, fotografiado por Alberto Morago